martes, agosto 16, 2011

Cine de verano. La isla desconocida.

A pesar de lo que nos venda la televisión el verano no es solo época de playa, fiestas en pueblos con suelta de vaquillas y el nuevo récord Guiness de paella popular. En verano la gente hacemos actividades a las que normalmente nos negaríamos en cualquier otra temporada. No me refiero a determinaciones de esas de correr todos los días hasta que las agujetas del segundo día terminen por desanimarnos, hacer barranquismo, o perderse por la montaña al estilo de “El último superviviente”. A veces con terminar un libro que dejamos por falta de tiempo o reparar una bici antigua que se la comían las arañas del garaje suele bastar.

Yo he aprovechado para ponerme al día con películas abandonadas. La semana pasada vi “La isla desconocida (Unknown Island)”. En el año 1948 se rodó una película a la que llamaremos clásica porque es un bonito eufemismo para decir vieja o si lo preferimos con respeto, antigua. El argumento es sospechosamente parecido a King Kong, un fotógrafo y su novia han oído leyendas acerca de una isla en la que viven dinosaurios, contratan a un barco y a partir de aquí se trata de enseñar los monstruos. Si os parece un guión poco original y atractivo es lo que pasa con la mayoría de las películas que se estrenan actualmente pero quizás en el año 48 no estaba tan trillado el campo.


La película es una buena muestra de lo que daba de sí el arrastrar lagartos de plástico por una selva de atrezo y disfrazar a gente de tiranosaurio con trajes de goma, es decir, bastante poco. A partir de entonces esta técnica quedaría relegada a la llamada serie B mientras que el caro stop-motion de Ray Harryhausen se utilizaría en la primera división de las películas de dinosaurios. Quiero resaltar que diez años después se estrenaría “Godzilla” con efectos igual de espectaculares y se convertiría en un icono. Si alguien ha visto “Godzilla” entera le reto a que me defienda que es una buena película o al menos mejor que “La isla…”.

Los actores grabaron sus secuencias en un estudio pero los sufridos tiranosaurios tuvieron que actuar bajo un el sol del desierto californiano. La anécdota de la película llega cuando uno de los dinosaurios es abatido por los humanos. Parece que el director incluyó en el montaje final cuando uno de los actores disfrazados se desmayó durante el rodaje. Si esto no es realismo e implicación que baje Kubrick y lo vea.



Es una película simpática, para pasar el rato y mirarla con otros ojos que no buscan lo último en efectos digitales, sino una historia aunque sea simple. Si eres de los que ve películas antiguas buscando los hilos que mueven a los animales y no sabes dejarte llevar te compadezco pero ojala no vemos juntos nunca “La isla desconocida”. Si quieres espectaculares efectos con un argumento que ya conoces, diálogos planos de frases hechas, honores, deberes, responsabilidades mundiales y con final previsible entonces tu cine de verano es el que se estrena en los cines.